La paciencia todo lo alcanza
06.04.2016 13:00
En cualquier área de la vida que se quiera progresar, siempre es
necesario al menos, el esfuerzo y la perseverancia; y ni que hablar de
inteligencia, talento, amor, etc; pero en ninguno de los casos se
contempla la comodidad. La conocida “zona de confort”, es donde los
seres humanos nos sentimos más cómodos, pero es una zona muerta,
donde no se avanza ni se aprende; por eso es que las personas
inteligentes ven con recelo esos momentos de la vida y vigilan que no
se vuelvan eternos.
Hay dos formas de lograr las cosas en la vida, ya sean materiales
o espirituales; una es por buen karma, o sea que en el pasado hemos
sido muy generosos con ese bien, dándolo sin discriminación, y al
regresar los efectos de esas causas positivas, nos beneficiamos de ello.
El asunto es que la mayoría de las veces, como eso nos llego sin tener la
conciencia necesaria, sino solamente por buen karma, solemos
desperdiciar ese don, creando causas negativas que en el futuro nos
traerán efectos negativos. Pongamos un ejemplo material y otro
espiritual para esclarecer. Supón que alguien recibe una herencia o
recibe un premio que obviamente no esperaba y no se preparó para
ello; es muy probable que no sepa como manejarlo, y lo desperdicie en
fiestas, o comprando cosas inútiles, o realizando emprendimientos sin
preparación ni experiencia; terminando al final por quedar mas
arruinado que antes. O tal vez esa persona, por un buen karma
anterior, conoce a algún verdadero gurú o guía espiritual, sincero y que
se preocupa verdaderamente por su progreso; pero al no habérselo
ganado, muchas veces se molesta cuando lo corrigen y se aleja
criticando a ese gurú. Estos dos casos, revelan la cantidad de veces que
hemos recibido cosas por buen karma y al no ser conscientes, las
desperdiciamos.
La otra forma de lograr las cosas en la vida, es a través de tu
propia conciencia, pero para ello debes de salir de tu zona de confort y
tranquilidad. La buena noticia, es que una vez que lo logres, nunca más
lo vas a perder, ya que es tu derecho y podrás reclamarlo cuantas veces
quieras y vendrá a ti en un santiamén. Pero aclaremos un poco eso de
la conciencia.
La conciencia es darse cuenta de algo, de una manera tan
profunda y real, que forma parte de tu ser. Por ejemplo, tu estás
conciente de que estás vivo, por eso respiras, caminas y haces todo lo
que hace un ser vivo, cuando olvidamos esa conciencia, la vida te lo
recuerda, a veces con una enfermedad, pero cuando te sanas, vuelves a
estar conciente de la salud. De hecho nos enfermamos, cuando
comemos inconscientemente cualquier cosa, o emitimos sentimientos
de odio o rencor del mismo modo; y la enfermedad viene a recordarte
esa conciencia perdida.
Para estar conciente, de algo es necesario observar, aprender y
meditar profundamente en el objeto a concientizar. Usemos los dos
ejemplos anteriores. Cuando una persona recibe una herencia o algún
tipo de premio, si está medianamente consciente, se preocupará
mucho por darle un buen uso, aprendiendo y sabiendo que a la vez de
ser una bendición es una enorme responsabilidad. Es muy probable
que haya pasado necesidades, limitaciones y pérdidas, que lo han
llevado a meditar y pensar profundamente en como generar riqueza.
Ha aprendido de cada centavo que ha pasado por sus manos, y esta
preparado para sacarle un mayor provecho. En el caso espiritual, al
reconocer a un verdadero guía espiritual, sabe que no es fácil
conseguirlo, porque tal vez hace mucho que lo busca; y está tan
cansado de sufrir que está dispuesto a pagar el duro precio de dejarse
corregir, por estar a su lado.
El primer método es efímero y falso; el segundo es fuerte pero te
dura para toda la eternidad, por eso es necesario llenarse de paciencia,
perseverancia y amor; la vida es una gran maestra y siempre busca que
desarrolles conciencia. Les dejo esta hermosa oración de Santa Teresa
de Ávila, que usé mucho en mis momentos más difíciles:
NADA TE TURBE
NADA TE ESPANTE
DIOS NO SE MUDA
LA PACIENCIA TODO LO ALCANZA
QUIEN A DIOS TIENE, NADA LE FALTA
SOLO DIOS, BASTA.