El Poder de los Decretos
Cuando las autoridades de un país emiten un decreto, eso baja como una orden autoritaria, que traería consecuencias a quien contraviniera dicho mandato; resulta que tu tienes el mismo poder en tu vida, pero como no lo sabemos, solemos usarlo en forma destructiva.
Desde el momento de tu nacimiento, a ti se te ha otorgado el poder de decretar o afirmar, con el pensamiento, sentimiento y voz, aquello que tu deseas para tu vida; pero como nadie te lo ha explicado y entrenado desde tu más tierna infancia, crecemos pensando que podemos decir cualquier disparate o afirmar cualquier cosa negativa creyendo que eso no tiene importancia. Y es por eso que casi con humor vivimos decretando cosas como: “y acá voy, en la lucha” , “pasando hambre como maestro de escuela”, “a fin de cuentas no sirvo para nada”, “soy un tipo de mala suerte”, etc. Tienes que aprender ahora, que cada afirmación o decreto que digas, auque sea en broma; ni para tu subconsciente ni para el Universo Inteligente son tomadas en vano, ambos van a tratar de hacerte cumplir esos decretos; porque tu eres creador de tu propio destino, lo sepas o no, esto funciona así.
Es por eso que en la Metafísica, es una de las primeras herramientas que enseñamos para aprender a mejorar nuestra vida; todo aquello que no te guste y desees cambiarlo, empieza afirmándolo en forma constructiva. Por ejemplo: si tienes problemas de salud, debes quitar tu atención del problema y afirmar siempre: “¡YO SOY SALUD!”, “¡GRACIAS PADRE QUE YA ME CURÉ!”, y por supuesto que debes ir al médico y seguir todos los tratamientos, pero hasta la medicina moderna sabe que las afirmaciones y actitudes positivas, mejoran la salud y levantan las defensas del organismo. Si estoy en una situación económica delicada, en vez de decirle a todo el mundo que estoy quebrado, debes afirmar: “¡MI MUNDO LO CONTIENE TODO Y POR ENDE A MI NO ME FALTA NADA!”, “¡GRACIAS PADRE QUE EL DÍA DE HOY ESTÁ CUBIERTO!”, “¡YO YA ESTOY LIBRE DE TODA DEUDA!”.
Te sorprenderá como al tiempo las situaciones comienzan a cambiar, ya que el Universo y tu subconsciente, comienzan a trabajar ya que han recibido una nueva orden y harán lo posible por cumplirla. Por supuesto que esto requiere una vigilancia constante, ya que una vez que comienzas a decretar en positivo, hay que vigilar que nuestros viejos hábitos no nos vuelvan a traicionar; si eso ocurre di: “¡ME PERDONO POR ESTE ERROR Y LO ENMIENDO!” y vuelves a afirmar lo constructivo nuevamente.
Para ilustrártelo con un ejemplo, en mi primer clase de metafísica, hace mas de 23 años, el facilitador me enseño un decreto maravilloso para siempre llegar en el momento indicado a un lugar: “¡EL TIEMPO DE DIOS ES PERFECTO!”. Pues bien, resultó que al otro día, que era domingo, teníamos la segunda clase y yo me quedé dormido; me desperté a las 08:15 de la mañana en la Costa de Oro, a unos 20 kilómetros de la ciudad, y teniendo en cuenta el día y que el ómnibus demoraba unos 40 minutos en llegar, mis posibilidades de estar en hora eran muy escasas. Mientras caminaba apurado hacia la parada, recordé el decreto que había aprendido ayer, y tomando una respiración y confiando en su efecto afirme: ¡”Dios mío, tengo derecho a tener mi clase espiritual que es lo que me hace feliz, por lo tanto yo decreto que EL TIEMPO DE DIOS ES PERFECTO!”. Al llegar a la parada aproximadamente a las 08:30, no pasaba ni un alma en pena; no me puse nervioso y sostuve mi afirmación; cuando de repente vi entrar a la ruta un taxi que seguramente iba a trabajar a la ciudad; me imagino que lo efusivo de mis señales y mi cara de desesperación, hizo que el chofer se detuviera, me hizo subir y me explico que no estaba trabajando aún, pero que me llevaba de todos modos. Le explique mis motivos y mi urgencia de tiempo, y como si algo lo motivara, se puso en actitud de empatía conmigo y aceleró para llegar a tiempo al lugar de la clase. Fuimos conversando en el camino sobre la Ley del Mentalismo y el poder del decreto y a las 9 en punto estaba entrando a mi salón de clases para comenzar puntualmente.
Ese día, aprendí el poder del Decreto. Espero que tu, querido lector, también lo aprendas y recuerda que cada afirmación que hagas es una orden que el universo tratará de cumplir por todos los medios. Vigílate y concéntrate solamente en afirmar decretos constructivos en tu vida, y ellos se manifestarán algún día.